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The tattoos of Lena Headey

Cinco canciones (y grupos) que descubrí gracias a las series de televisión

Si buscáis una elucubración sobre la eterna relación entre la música y el lenguaje visual del cine y la televisión, y de como se entremezclan para crear un mensaje único que adquiera una significación diferente a la que podrían tener por separado, os habéis equivocado de sitio. Lo que pretendo con esto es contar como fueron esos momentos en los que, viendo la televisión, descubrí música. También es un intento de escribir un artículo sobre series sin mencionar ni una maldita vez a The Wire. Mal empezamos. Vaya por delante también que estáis entrando en un campo sembrado de spoilers, asi que pisad con cuidado, que no quiero heridos.

The tattoos of Lena Headey

Otro gran descubrimiento que le debemos a la HBO (y a Zack Snyder)

This Modern Love – Bloc Party (Como Conocí A Vuestra Madre 1×22 – Vamos)

La canción de la noche en la que Ted Mosby hizo llover, sin más. Este tema servía de cierre tanto al capítulo como a la buena primera temporada de la serie, que luego se vería superada (y posteriormente, alargada artificialmente), colaborando a un broche final mejor que el de cualquier comedia romántica de los últimos años, apostando por un tono agridulce. Curiosamente, el grupo también tuvo su mejor época con este disco, Silent Alarm, ya que después han andado liados entre discos que no (me) convencieron y separaciones.

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Lose You – Pete Yorn (House 5×20 – Una sencilla explicación)

Probablemente, el nombre de este tipo pueda sonar más por haber sido el valeroso escudero que acompañó a Scarlett Johansson en su «célebre» primera aventura discográfica. Pero antes de eso, él ya estaba lanzando discos como Musicforthemorningafter, que le reportó un moderado éxito comercial, y que además, incluía la canción que nos ocupa. En sí misma puede no ser nada del otro jueves, pero es el momento en el que suena lo que la hace grande. Ese funeral de Kutner al que House decide no acudir, fundamental, no tanto por el hecho como tal (que no deja de ser una salida de la serie para el actor), sino por lo que desencadenaría posteriormente.

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DLZ – TV On The Radio (Breaking Bad 2×10 – Arriba)

En cierta ocasión, leí que alguien describió Breaking Bad una serie que trataba sobre «el viaje de un hombre corriente hacia el infierno». De ser eso cierto (y creo, la verdad, que es una frase bastante acertada), los eclécticos TV on the Radio le pusieron música a un punto de inflexión para el protagonista, Walter White, que significa mucho más de lo que parece en ese momento. Deja claro que «el hombre corriente» se ha probado los cuernos, el tridente y las pezuñas, se ha mirado al espejo, y le ha encantado lo que ha visto.

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Pignoise 2006

Pignoise, grandes olvidados de este especial

Breaker – Low (Skins 3×04 – Pandora)

Es entendible que, viendo casos como Física o Química, el espectador medio asocie las series de adolescentes con borracheras, eternos problemas amorosos y sexo, bastante sexo. En Skins, para qué nos vamos a engañar, hay mucho de eso, pero lo acompaña con interpretaciones verosímiles, personajes con gancho y una banda sonora perfectamente escogida. En este caso, los jefes del slowcore Low convierten un simple avance de capítulo en un brutal escenario que resume cómo de jodidas puedes dejar las cosas cuando tienes la cabeza llena de hormonas.

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The Rains Of Castamere – The National (Juego de Tronos 2×09 – Aguasnegras)

En una serie del corte de Juego de Tronos, uno esperaría, quizá, a unos Blind Guardian de nuevo cuño poniéndole música a esta canción típica en honor de Tywin Lannister. En su lugar, es The National, unos chicos que crecieron con Joy Division, quienes lo clavan, gracias en gran parte a la gran voz del cantante Matt Berninger, contribuyendo todavía más a la épica de la batalla, tanto por lo que trae tras de sí como por las nuevas brechas que abre. Sí, pretende ser irónico.

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Low

Low @ Sala But (Madrid, 28/03/2012)

Cuando escribía, hace exactamente medio año, la crítica del último álbum de Low, C’mon, aprovechaba para lamentarme por no haberlos visto en directo a pesar de haber tenido la oportunidad (¡ah, los festivales y sus crueles coincidencias!); afortunadamente, la presentación de dicho disco, que solo dejó la fecha del Primavera Sound durante el año pasado en tierras españolas, ha sido ampliada durante este 2012 con fechas en Sevilla, Barcelona, Madrid, Santiago, San Sebastián y Toledo. Seis conciertos seis, nada menos.

Low

Alan y Mimi. A la derecha estaba Steve.

Precedidos por el agradable y procedente folk de Rauelsson, una buena elección como aperitivo, el trío (el núcleo de la banda lo forma el matrimonio de Alan Sparhawk, cantante y guitarrista, y Mimi Parker, batería y coros, además de vocalista principal ocasionalmente, al que últimamente asiste la compañía del bajista Steve Garrington) se tomó en serio la labor de mostrar su último trabajo y, consecuentemente, dividió en dos tramos bien diferenciados el recital, que comenzaba con seis pistas consecutivas de C’mon, que se interpretó en su totalidad, salvo por Majesty/Magic y Something’s turning over (sin ser mediocres, tampoco fueron especialmente echadas de menos por ninguno de los asistentes).

Abrieron con Nothing but Heart, a la que podría ilustrar con un epíteto como preciosa, pero no lo haré, dado que poco aportaría en cuanto a distintivo un calificador que sirve para todo lo presente y ausente en el repertorio de los de Minnesota. A continuación, el tema más conocido del disco, Try to sleep, cuyas notas iniciales surgían en esta ocasión de la guitarra de Alan, sin que la magia se rompiese por ello. Manteniendo el ritmo, el ambiente acogedor, como de nana, continuaba a través de You see everything, Nightingale y Witches hasta llegar al final del segmento, en el que Mimi captaba por un instante la atención de los focos con Especially me, la única canción que cantó esa noche y que logró poner los vellos de punta a pesar de que la mujer no tenga el menor afán de protagonismo y, a pesar de su evidente peso en el dúo, sobre el escenario se conforme con un discreto papel secundario a la sombra de Sparhawk, con mucho mayor don de gentes y tablas en escena, encantado con su rol.

Mimi

Mimi Parker.

En ese momento, finalizaba el tramo dedicado a C’mon, que, a pesar de que fuese obligado, nadie percibía como peaje un ápice menos disfrutable que el resto; sin embargo, la intensidad, a pesar de la calidad del álbum, sí que creció cuando entraron en juego obras previas, de las que el mayor protagonismo se lo llevó, inevitablemente, The Great Destroyer, la que goza de una mayor popularidad (en el Primavera Sound 2010 lo interpretaron de cabo a rabo, en una jugada cada vez más habitual en estos eventos), que comenzaron abordando con Monkey, para la algarabía de un público que, si hasta aquel momento estaba cómodo y algo abstraído ante la belleza de lo que se desplegaba ante sus oídos, desde ahí pasó al delirio. De la quietud del disfrute al movimiento de la locura colectiva (entiéndase bien: no había pogos ni nada parecido… aunque sí un cierto espectáculo simultáneo entre el público que recordarán perfectamente, entre la rabia y la risa, los que allí estuviesen), cuyo icono puede recaer en Sparhawk en éxtasis tocando su guitarra con la boca.

Alan

Alan Sparhawk.

Antes de recuperar otros dos temas de aquel disco, California y Everybody’s Song, en lugar de darle al respetable (unos más y otros menos) un respiro, se van hasta el Things we lost in the Fire para rescatar una genialidad como Sunflower. Un bloque especialmente logrado que ya vale por todo el concierto, que estaba aún lejos de su final y del que se reservaban seis temas variados antes de llegar al bis, tres de ellos del Trust. Tras la pausa, se abordó When I go deaf antes de terminar volviendo a C’mon y eligiendo una canción de amor como $20, con la que los asistentes se despedían en un estado similar al que hubiesen experimentado tras la bendición del Papa.

Setlist:

Nothing but Heart
Try to sleep
You see everything
Nightingale
Witches
Especially me
Monkey
Sunflower
California
Everybody’s Song
Done
Words
In the Drugs
Canada
Last Snowstorm of the Year
Murderer
When I go deaf
$20

Low: Página oficial | Facebook | Last.fm

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Zonoscope

Pero vistes bien os da un poco más la brasa pero luego saca sus listas de lo mejor del año

Parecía que no se iba nunca, pero por fin 2011, el año de la crisis, nos ha dejado y ha permitido que tome su lugar 2012, el año de la crisis. Lo malo es que ahora nos toca hacer los resúmenes y balances que siempre dan rabia en una medida similar a la que molan, pero cuya parte buena es que se pueden construir apropiándose de retales de lo que se ha ido escribiendo a lo largo del año anterior sin que nadie se enfade, copieteando de las críticas pasadas, como los flashbacks imposibles de los episodios recopilatorios de series, esos que a nadie le han gustado jamás, pero con los que tampoco cambiáis de canal.

Bah, venga. Sin más prolegómenos.

Discos del año

Zonoscope

01 – Cut Cupy – Zonoscope

Por más que vayan al Sónar y me los disfracen de electrónica sin más, los australianos han rematado con su último trabajo lo que ya se construía de forma más tímida en el anterior, In Ghost Colours: la redefinición de un pop que, ante el pinchazo de las ventas físicas y la tiranía de la radiofórmula, empieza a reconocer que su futuro y su presente no pasan por Pitbull haciendo el mamarracho con la JLo, sino por Caribou remezclando a Radiohead.

02 – PJ Harvey – Let England shake

Lo de reinventarse es algo que utilizamos mucho más para las chicas que para los chicos, y para Madonna más que para nadie sobre la superficie terrestre. No sé si eso es lo que hace Polly Jean, provista de autoarpa, pero la chica, la señora, logra construir algo a la vez distinto y coherente con su obra previa, al tiempo que elabora el mejor acompañamiento para comprender una historia contemporánea que, de bonita, al contrario que el disco, tiene más buen poco.

03 – Low – C’mon

Os preguntaban que si erais más de Alan o de Mimi y vosotros decíais que de los dos, porque no os conformáis con nada. Pues no os quejaréis, porque aquí tenéis un tour de force de la parejita, empeñada en que vale, que el The Great Destroyer no estaba mal, pero por qué no iban a tratar de superar uno de los mejores álbumes de la década precedente. Si lo logran o se quedan en el intento, poco importa: son magnitudes en las que a ver quién se pone a medir.

04 – Girls – Father, Son, Holy Ghost

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Low – C’mon (Sub Pop, 2011)

El mundillo de las publicaciones (de la revista más seria al fanzine más piojoso, rango en el que dejo a vuestro criterio que nos situéis a nosotros) dedicadas a la crítica, con independencia de que se apoyen en uno u otro arte, puede resultar un misterio visto desde fuera, pero, para el lego, se puede resumir de una forma harto comprensible si le explicamos el detalle de que la responsabilidad de evaluar una y otra obra no se asigna de manera aleatoria; es más: salvo excepciones, no interviene la figura de un redactor jefe para repartir el trabajo, sino que son los plumillas los que reclaman para sí a los artistas que tienen en su punto de mira. Y este interés viene, salvo por los contados casos en que se quiere construir una determinada teoría tomando como punto de partida un determinado trabajo, porque se sigue con interés la carrera de ese autor o bien porque se detesta todo lo que lo rodea y lo que se pretende es colocarle los puntos sobre las íes. Explicado de forma aún más gráfica: comerle la polla o darle por el culo. Y yo a Low vengo a comerle la polla bien comida, como está mandado.

No voy a dármelas de experto en la obra de los de Minnesota, en la que tendría que pasar de puntillas por el segmento de mayor extensión, el correspondiente a los años noventa, y a la que llegué, como la mayoría, a través de The Great Destroyer, pero, medio año (período que incluye el plantón, del que no dejaré de arrepentirme hasta que consiga verlos en directo, que les propiné en el pasado Primavera Sound en favor de Belle & Sebastian, por una de esas coincidencias que te destrozan el alma y que son el día a día de estos festivales con mastodóntico cartel) después del lanzamiento de C’mon, el álbum ha alcanzado ya, por méritos propios, un lugar destacado dentro de la estantería de los clásicos contemporáneos.

Low - C'mon

Mimi Parker petándolo en la portada del disco.

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Viña Rock 2011

Nuevas confirmaciones en el Primavera Sound, Azkena Rock, Arenal Sound, Viña Rock, Low Cost, SOS 4.8 y muchos más

Últimamente no hacemos más que resúmenes de todas las incorporaciones de los festivales españoles, pero es que hay demasiadas y no podemos hacer un post para cada vez que hay algo nuevo. O sí, pero bueno, no viene a cuento ahora mismo. Hace unos días tuvimos más grupos anunciados para el FIB (con la especial controversia creada por traer a Julieta Venegas), la noticia de que este año tampoco habrá Extremúsika, unos cuantos artistas para el Bilbao BBK Live (con un descuido por parte de la web de Amy Winehouse anunciando también a 30 Seconds To Mars y !!!) y finalmente la primera tanda de grupos del Sonisphere Getafe (además de los ya confirmados Iron Maiden, cabezas de cartel). Tiempo ahora para el resumen de las dos últimas semanas en cuanto a festivales. Vayamos por orden cronológico, aunque estoy seguro que después de todo el trabajo de hacer este post, habrá justo nuevas noticias de un montón de festivales. Ya veréis.

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