Ellos solitos se metieron en el bolsillo a medio mundo con su genial álbum debut, Sigh No More. Pero Mumford & Sons no solo adquirieron buenas críticas y variados reconocimientos por sus depuradas canciones y geniales directos, sino que se colocaron en lo alto de una montaña desde dónde solo quedaban dos caminos posibles: coger un globo y seguir subiendo o estrellarse estrepitosamente contra el suelo con su segundo álbum, Babel. Afortunadamente para ellos, y para nosotros, estos 12 temas (además de los tres que se pueden disfrutar con la «Deluxe Edition») les han conseguido un billete para seguir ascendiendo un poco más.
Publicado el día 21 del pasado mes (no a finales del 2011, como ellos intuían), Babel sigue claramente la estela del primer larga duración de los ingleses y creó una gran expectación. No en vano, hace bien poco vendieron unas 600.000 copias de este álbum en su primera semana en Estados Unidos (superando al niñato Bieber).
Dos serios, dos contentos
Producido de nuevo por Markus Dravs (y con un curioso tráiler), contiene muchos de los temas que la banda ya presentó en los directos que ofrecieron desde los éxitos conseguidos por The Cave, Little Lion Man y compañía. Así, por ejemplo, pudimos disfrutar de su increíble puesta en escena en las últimas ediciones del Optimus Alive y del Bilbao BBK Live. Al igual que le sucedió a mi compañero Billy Shears en el País Vasco, a un servidor le encandiló un grupo que parece creado para hacer vibrar al público con sus actuaciones. Sin embargo, sus virtudes se extienden por igual a los discos que publican.
Babel es la primera que nos llega a los oídos cuando damos al play. Desde ese momento entras en el mundo de Mumford & Sons, ése del que te cuesta salir. Con una fuerza enorme al principio y más calmada hacia el final (aunque sin despegarse de ese rasgueo tan genial), deja muy buen sabor de boca para encarar a una un poco más relajada, como es Whispers in the Dark. Una guitarra acompaña a Marcus hasta que aparecen sus inseparables compañeros para el estribillo. Los susurros en la escuridad dan paso a una de las mejores canciones del álbum, I Will Wait. Elegido el primer single de adelanto, fue también el que tuvo un primer videoclip, que acertadamente fue realizado en directo. El bombo y el banjo marcan el camino de un tema creado para gastar suelas de zapato con cada salto y que recuerda a la gran Little Lion Man.
[youtube id=»rGKfrgqWcv0″ width=»600″]
El comienzo lento de Holland Road, en la que existe una fuerte presencia de coros, hace presagiar una preciosa canción. Y así es, envuelta con un bonito lazo creado a partir de una sección de viento hacia el final. Al igual que sucede con la siguiente, Ghosts That We Knew (que ya pudimos escuchar en directo), tan solo quieres volver a reproducirla una y otra vez. La segunda, en un formato de balada, el vocalista está acompañado de una guitarra, el piano, y poco más. Suficiente.
Lover of the Light y Lovers’ Eyes son dos temas similares entre sí, incluso en su duración (algo más de cinco minutos cada una). Personalmente, me quedo con la primera en la versión de estudio, aunque con ambas en directo. Ganan mucho tocadas sobre un escenario, como demotraron en Lisboa. Reminder, por su parte, es una canción tan emocionante como corta, pero sirve perfectamente como aperitivo para otro de los grandes éxitos del disco: Hopeless Wanderer.
[youtube id=»BMQkqjljwG0″ width=»600″]
Aún quitando esa parte de instrumentos de viento metal que se escucharon, por ejemplo, en el recital que ofrecieron el año pasado en el festival de Glastonbury, el vagabundo sin esperanza conquista el corazón de todo aquel que la escucha. Sin duda, uno de esos temas que todos sabemos que no faltará en sus futuros recopilatorios y en sus actuaciones.
El buen ritmo no decae con Broken Crown y Below My Feet. La segunda engancha con la primera escucha y solo quieres que vuelva a sonar una y otra vez, convirtiéndose en otro himno de la banda. Incluso se escucha brevemente la distorsión de una guitarra eléctrica. La primera, por contra, necesita al menos sonar otra vez para que te dés cuenta de lo que tienes entre manos: calidad en estado puro. Con tan solo una canción por delante antes de llegar a las tres canciones de la «Deluxe Edition», encaramos una pequeña cuesta abajo en la que destaca, sobre todo, The Boxer, una versión de Simon And Garfunkel. Tanto Not With Haste como For Those Below parecen ser los puntos flacos del disco. Aunque en última instancia, y de nuevo una balada, Where Are You Now?, deja con ganas de un decimosexto corte al oyente.
[youtube id=»k-07ZnndQVk» width=»600″]
¿Algo que achacarle el disco? Quizás dos cosas. La primera, la falta de sorpresas: es un disco que parece una continuación de Sigh No More. Repiten la misma fórmula que los catapultó a la fama, pero sigue siendo un gran trabajo. ¿Suficiente para un tercero? Todo se verá. La segunda es, sin lugar a dudas, que tardase tanto en salir. Para bien o para mal, es decir, para los que los aman o para los que los odian, había ganas de saber de qué eran capaces. Aquí lo tenemos. Y no, no creo que hayan defraudado en absoluto.
Nota de los usuarios:
[ratings]
Tracklist:
1. «Babel» (3:27)
2. «Whispers in the Dark» (3:15)
3. «I Will Wait» (4:36)
4. «Holland Road» (4:13)
5. «Ghosts That We Knew» (5:39)
6. «Lover of the Light» (5:14)
7. «Lovers’ Eyes» (5:21)
8. «Reminder» (2:04)
9. «Hopeless Wanderer» (5:07)
10. «Broken Crown» (4:16)
11. «Below My Feet» (4:52)
12. «Not With Haste» (4:07)Bonus tracks:
13. «For Those Below» (3:36)
14. «The Boxer» (featuring Jerry Douglas & Paul Simon) (4:06)
15. «Where Are You Now?» (3:40)
Álbum: Spotify | Grooveshark
Mumford & Sons: Página oficial | Facebook | Twitter | Last.fm